Gripe A: el año que vivimos en peligro
El 2 de julio de 2009, el entonces gobernador Sergio Urribarri firmó, con su ministro de Salud, Angel Giano, el decreto N° 2.640 a través del cual declaró el estado de “emergencia sanitaria” en la provincia derivado de la situación generada por el brote de Gripe A (Influenza H1N1). El 17 de junio de ese año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) había declarado a la Gripe A como “pandemia”, igual que ahora ocurre con el coronavirus.
A lo largo del ciclo de epidemiológico de Gripe A en Entre Ríos, que se inició en abril y concluyó en agosto de 2009, se registraron en la provincia 33.100 casos, con 11 muertos. El informe que produjo el Ministerio de Salud, ese año a cargo de Ángel Giano, contabilizó en la provincia 33.100 casos de tipo influenza con neumonía, según la notificación enviada por los 17 departamentos a Salud, de los cuales 277 quedaron ubicados en la categoría “con ficha específica”, esto es que las muestras han sido enviadas al Instituto Malbrán, de Buenos Aires, para su estudio, de los cuales se confirmaron 177.
De los 33.100 casos notificados, 23.100 fueron tratados ese año con el antiviral oseltamivir. Y según los datos epidemiológicos, tres departamentos concentraron el 47 % del total de casos de influenza en Entre Ríos: Paraná, Gualeguaychú y Federación que, en ese orden, contaban con el mayor número de enfermos. Aunque Paraná duplicó al resto, 8.564 casos (el 25,87%).
El temor al contagio fue tal que la Iglesia Católica decidió suspender, ese año, toda celebración religiosa en Entre Ríos.
La decisión fue adoptada en forma conjunta por el en ese momento arzobispo de Paraná, Mario Maulión, y el exauxiliar, César Daniel Fernández, y quien entonces era el obispo de Gualeguaychú, Jorge Lozano, y de Concordia, Luis Armando Collazuol, y está a tono con la disposición del Gobierno provincial que a través del Decreto Nº 2.640 que estableció la emergencia sanitaria en Entre Ríos por un término de 30 días.
La norma dispone la suspensión de “toda actividad que implique concentración de personas”, y bajo esa situación están los oficios religiosos que se celebran en capillas y parroquias. Precisamente, la carta pastoral que dieron a conocer los obispos recomienda a los católicos “seguir los criterios que fije la autoridad sanitaria correspondiente a fin de poder prevenir el contagio”, y en ese marco, dijeron, “hemos resuelto suspender las celebraciones de las misas y otras funciones religiosas análogas (rosarios, novenas, celebraciones sacramentales, etcétera), encuentros de catequesis y otras actividades que impliquen concentración de numerosos fieles”.
Y aclaraba: “La ejecución de esta resolución podrá tener una duración diversa conforme a la evaluación de la emergencia que las respectivas autoridades, tanto provinciales como municipales, vayan realizando, y a las medidas que ellas vayan adoptando”.
También el turismo se vio afectado: la Municipalidad de Federación decidió ese año 2009 cerrar el complejo termal, y así provocó el enojo del sector privado. En rigor, la medida se extendió desde el 3 de julio al 13 de julio, y vedaba “toda actividad que genere concentración de personas que propicie la transmisibilidad de la denominada Gripe A (Influenza H1N1), en los siguientes establecimientos: parque termal, boliches bailables o confiterías bailables, salones de baile y de fiestas, pubs, cibers, espectáculos en vivo, sala de juegos, teatro, cine, whisquerias, snacks-bar, centros de cultos, clubes, peloteros, gimnasios, canchas de fútbol 5, canchas de paddle, institutos de enseñanza privada (idioma, danzas, música, computación, etc), jardines maternales, guarderías, natatorios, piletas cubiertas cualquier sea su temperatura, gimnasios, prácticas deportivas, recreativas varias y otras actividades que, a criterio de la autoridad de aplicación, implique riesgo de contagio de dicha enfermedad”.
Tamién se vieron afectadas las actividades escolares. A finales de junio de 2009, el Ministerio de Salud de Entre Rísos resolvió cerrar por 14 días todas aquellas escuelas donde se haya notificado un caso sospechoso de Gripe A, con lo cual ese año el receso escolar, que se extendió del 14 al 25 de julio, se amplió en una franja importante de estudiantes. Se evitó, de ese modo, el cierre general de las escuelas.
“Lo que hemos resuelto, en base a lo que hoy está ocurriendo en Entre Ríos, es suspender las clases en las escuelas donde tenemos casos sospechosos. Caso sospechoso se entiende a aquella persona que tiene síntomas de gripe, y que estuvo en Buenos Aires en los últimos días, o en contacto con personas que tuvieron Gripe A”, decía el entonces ministro Giano.
En medio de la emergencia, el Hospital San Martín decidió suspender ese invierno de 2009 las internaciones para cirugías programadas, de modo de priorizar la atención de pacientes con Gripe A.
Entre finales de julio y principios de agosto, la pandemia fue, paulatinamente, dejándose atrás. Aunque la vuelta a clases de los alumnos no ocurrió el lunes 27 de julio, como estaba previsto sino el viernes 31 de ese mes.
Entre receso escolar, cierre de escuelas y huelgas docentes, ese 2009 hubo 26 días sin actividad escolar en Entre Ríos.
Antes, habían vuelto los oficios religiosos a los tiempos católicos, suspendidos apenas una semana a causa de la Gripe A.
La novedad se conoció al mediodía, al término de una reunión que mantuvo el arzobispo de Paraná, Mario Maulión, con el consejo presbiteral, y fue consecuencia de la “flexibilización” de la emergencia, tal lo dispuesto en la resolución Nº 2.403 que firmó el ministro de Salud y Acción Social, Angel Giano.
El artículo 3º de la resolución oficial aconsejó “el desarrollo de toda actividad religiosa al aire libre y las celebraciones en lugares cerrados de poca congregación de personas, evitando las concentraciones masivas y respetando las medidas de distanciamiento social recomendadas, atendiendo estrictamente las medidas de higiene y profilaxis”.
También, el lunes 20 de julio de 2009 El Gobierno dejó sin efecto el receso en el ámbito de la Administración Pública central y descentralizada, excepto para aquellos agentes considerados en grupos de riesgo. También dispuso que continúe la emergencia sanitaria y queda sin efecto la consideración de inhábil administrativo.